¿Qué pasaría si la Tierra se sale de su órbita? Es una pregunta que ha despertado la curiosidad de muchas personas. Si bien es poco probable que esto suceda, es interesante explorar las posibles consecuencias. Detectemos algunas de ellas.
Que pasaria si la tierra se sale de su orbita?
“Antes de comenzar, queremos subrayar que vamos a plantear una situación hipotética (no hay ninguna evidencia de que una estrella errante se vaya a acercar al Sistema Solar) en la que, por razones narrativas, nos proyectaremos a un futuro ficticio donde esta situación se materializa.
Además, vamos a considerar un escenario poco probable en el que esta desviación de la órbita nos haga precipitarnos hacia el Sol. Un escenario más probable sería que nos saliéramos de la órbita y nos adentráramos en el vacío interestelar; en ese caso, la Tierra se transformaría en una roca fría condenada a vagar sin vida por el espacio indefinidamente. Pero, como eso tiene menos interés, nos centraremos en el escenario ya mencionado. Dicho esto, comencemos nuestra historia.
Nos encontramos en Santiago de Chile. Es 28 de mayo de 2041. Una noche cualquiera en el Observatorio Astronómico Nacional de Chile. Los astrónomos están realizando sus investigaciones habituales cuando, de repente, notan algo extraño. Asombrados, observan que la posición de las estrellas en el cielo no coincide con lo esperado. Todas las estrellas del firmamento están en la misma ubicación que la noche previa.
Es como si nos hubiéramos detenido en el espacio. Sorprendidos y temerosos, los astrónomos chilenos esperan que se trate de un error en la medición de sus dispositivos. Pero al ponerse en contacto con otros centros y observatorios alrededor del mundo, descubren que todos están experimentando lo mismo.
La comunidad científica se paraliza y, aterrados, se dan cuenta de que solo hay una explicación para que el firmamento permanezca estático. La Tierra ha dejado de girar alrededor del Sol. Ya no estamos en órbita alrededor de nuestra estrella. Hemos sido desterrados.
A unos 50 mil millones de kilómetros de distancia, una de esas raras estrellas errantes se ha inmiscuido en nuestro baile cósmico. Una estrella con la masa del Sol, vagando sin rumbo por el espacio, ha llegado a estar lo suficientemente cerca de nosotros como para alterar nuestra órbita alrededor del Sol con su gravedad.
Con su fuerza gravitacional, la estrella errante nos atrae con una fuerza igual a la del Sol, pero en dirección opuesta. Esto ha detenido nuestra órbita. El baile ha terminado y ha comenzado el infierno. Hemos sido desterrados y la cuenta regresiva para el fin del mundo ha comenzado. Porque en el momento en que la música del baile se detuviera, comenzaríamos a precipitarnos hacia el corazón de nuestra estrella. Una caída libre hacia el Sol.
La gravedad del Sol nos está arrastrando a una velocidad de más de 800.000 kilómetros por día. Y cuanto más nos acercamos a él, más se parece la Tierra a un infierno. De nuevo, debemos preguntarnos si, ante una situación así donde evidentemente no hay ni el menor atisbo de esperanza, las autoridades nos alertarían de nuestro destino. ¿Qué harías si supieras que nuestro hogar se está precipitando hacia nuestra estrella?
Cada día, las temperaturas aumentarían. Además de una ola de calor mundial, se desatarían fenómenos climáticos de una ferocidad nunca antes vista. Sería como un cambio climático acelerado. A cada momento, el calentamiento global sería más grave y el clima de la Tierra se derrumbaría a cada instante. Cada momento, estamos más cerca del Sol.
Los sistemas de aire acondicionado ya no serían un lujo, serían una necesidad. Quien no tuviera acceso a ellos, simplemente no podría resistir las temperaturas del planeta. Y es que los golpes de calor se convertirían en la principal causa de muerte en el mundo.
Y mientras el agua empezara a evaporarse lentamente de todos los sistemas fluviales y la nieve de todas las montañas se derritiera, buscaríamos refugio en cuevas e incluso en los polos del planeta. En cualquier sitio que nos libre del infierno en el que se está convirtiendo la atmósfera de la Tierra.
Tras cinco semanas, nos hemos acercado 40 millones de km al Sol y nos encontramos ya a solo 119 millones de kilómetros de la estrella. En este momento, con temperaturas medias en el planeta de 57 ºC, respirar el aire, que carece de humedad, empieza a quemar los pulmones. Ni siquiera las cuevas de hielo son refugio y la Antártida empieza a parecerse a un desierto. Ya no es un lugar frío. Es un paraje al límite de lo que el cuerpo humano puede resistir.
Pero al poco tiempo, con unas temperaturas medias de 100 ºC y con el colapso de todos los sistemas de refigeración, nadie podría sobrevivir. El agua de nuestra sangre herviría. En menos de dos meses, toda la humanidad desaparecería. Todos habríamos sucumbido ante este infierno.
Los océanos se evaporarían y la Tierra se llenaría de vapor mientras continúa su acelerada precipitación hacia el Sol. A los cincuenta días, con toda la vida en tierra firme habiendo perecido, estaríamos a apenas 83 millones de kilómetros del Sol. Y en ese momento, no es que el agua de los océanos se evaporaría rápidamente, sino que los mares empezarían a hervir.
Lentamente, hasta la última forma de vida de los océanos desaparecería mientras todo en tierra firme entrara en combustión. La atmósfera empezaría a evaporarse y la Tierra parecería un cometa por el espacio. A los 65 días, estamos tan cerca que a cada minuto que pasa, la temperatura aumenta tres grados. Todo aquello que hemos creado se derritiría. Toda la memoria de la civilización desaparecería hasta que incluso las montañas se convertirían en lagos de lava.
Todo se convertiría en un infierno, con una Tierra que, como si de una mirada al pasado se tratara, estaría muriendo con un aspecto muy similar a aquel con el que nació. Y antes de desaparecer para siempre en las profundidades del Sol, nuestro hogar se deformaría por acción de la gravedad. Y entonces, en un suspiro, seremos desgarrados por la furia del Sol.”
¿Cómo es posible que un planeta salga de su órbita?
“Es una posibilidad remota, pero no totalmente descartable. Existe una teoría que sugiere cómo podría suceder: la Tierra podría ser desviada de su órbita por la influencia gravitacional de un objeto interestelar masivo que atraviese el sistema solar y pase cerca de nuestro planeta.
Timothy Davis, profesor asociado de física y astronomía en el Reino Unido, ha teorizado acerca de cómo la Tierra podría ser expulsada del Sistema Solar.
Según explicó en ‘Live Science’: “Los planetas, tal como están ahora, mantienen órbitas estables alrededor del Sol. Sin embargo, un encuentro cercano del Sol con otra estrella podría alterar estas órbitas debido a las interacciones gravitacionales, potencialmente resultando en la expulsión de la Tierra del sistema solar”.”
¿Qué pasaría si el Sol se sale de su órbita?
“Si ocurriera tal evento, el planeta empezaría a errar a la deriva en el espacio, abandonando su órbita establecida, y la oscuridad se apoderaría de la Tierra. La luna dejaría de ser visible, y la única luz que recibiríamos sería la débil luminosidad de las estrellas distantes durante todo el día.
Dos meses después de alejarnos del Sol, nuestro mundo se convertiría en una gigantesca esfera de hielo. José Manuel Nieves, periodista especializado en ciencia, lo explica en detalle en su videoblog ‘Materia Oscura’.
La salida de la Tierra de su órbita implicaría un alejamiento del Sol, lo que desencadenaría un descenso drástico de las temperaturas. Este cambio climático extremo muy probablemente llevaría a la extinción de la mayoría de las formas de vida en nuestro planeta. Sería un desastre sin precedentes para la Tierra.”