Las ballenas, animales majestuosos y pacíficos, han sido objeto de numerosos mitos y leyendas. Sin embargo, en raras ocasiones, estos mamíferos marinos pueden atacar a los humanos, lo que ha generado preocupación y debate en la comunidad científica y en la sociedad en general.
Las ballenas atacan a los humanos
Si bien es cierto que se han registrado casos de ballenas que atacan a humanos, estos ataques no resultan en que el humano sea devorado, ya que es imposible que cualquier especie de ballena se alimente de personas.
A pesar de su tamaño gigantesco, las ballenas se alimentan principalmente de pequeñas formas de vida acuática, como peces, calamares y krill. De hecho, la mayoría de las ballenas, como las ballenas azules y jorobadas, tienen barbas en lugar de dientes, lo que las hace incapaces de masticar su comida.
Además, la garganta de una ballena es relativamente pequeña en comparación con su cuerpo, demasiado estrecha para poder tragar a un ser humano adulto. Si tal acción ocurriera, la ballena estaría condenada a morir por asfixia.
¿Por qué son peligrosas las orcas?
Las orcas son conocidas por su apodo de “ballenas asesinas“, pero este apelativo no les corresponde. En realidad, no son ballenas, sino que pertenecen a la familia de los delfines. La etiqueta de “asesinas” se les ha atribuido debido a su alta inteligencia y su técnica de aturdir a sus presas antes de alimentarse.
Se ha generado mucha discusión acerca de si las orcas representan un peligro para los humanos. La verdad es que las orcas no son una amenaza para los seres humanos, ni siquiera formamos parte de su variada dieta. Con un peso aproximado de 5400 kilogramos y una longitud que puede alcanzar los 9,7 metros en su completa madurez, las orcas simplemente no representan un peligro directo para nosotros.
¿Por qué las ballenas le temen a las orcas?
Las ballenas sienten temor hacia las orcas debido a que una de las preferencias culinarias de estas últimas es, precisamente, la lengua de las ballenas.
¿Cómo se comportan las orcas con los humanos?
Tras años de estudio sobre los cetáceos y en base a la experiencia en primera mano de algunos investigadores que fueron atacados por un grupo de orcas en el Océano Atlántico, se ha llegado a la conclusión de que estos animales, cuando juegan, pueden resultar aterradores. Sin embargo, para tranquilidad de la población, no existen registros de que una orca en libertad haya matado a un ser humano.
Según el biólogo Renaud de Stephanis, quien ha trabajado con estos cetáceos desde 1990, cuando las orcas juegan, su actividad es realmente intensa, ya que pueden llegar a pesar de cuatro a cinco toneladas. Por su parte, la científica marina Ruth Esteban ha declarado que estos animales parecen estar especialmente interesados en el timón de los barcos, pues representa una parte móvil y grande que ellos pueden mover a su antojo.
En definitiva, se trata de animales fascinantes y majestuosos que, aunque puedan resultar un poco atemorizantes cuando juegan, no representan una amenaza para los seres humanos en libertad. Los estudios sobre estos cetáceos continuarán para poder descubrir más sobre su comportamiento en el océano.
No hay evidencia de que las ballenas ataquen intencionalmente a los humanos. Sin embargo, es importante mantener una distancia segura al interactuar con ellas, ya que pueden causar lesiones graves accidentalmente debido a su tamaño y fuerza.
