La personalidad es una característica única de cada individuo, pero ¿cómo se ve influenciada por el entorno social? El ambiente en el que crecemos y nos desarrollamos puede tener un gran impacto en nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos. A continuación, exploraremos cómo el entorno social influye en la personalidad.
¿Como influye el entorno social en la personalidad?
La psicología social se ocupa de investigar cómo el entorno social afecta de manera directa o indirecta el comportamiento y las acciones de los individuos.
Numerosos estudios han demostrado que nuestro entorno tiene un impacto en nuestra personalidad, nuestras preferencias, nuestros hábitos y nuestra capacidad para lograr metas. Desde el vecindario en el que vivimos, nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, las redes sociales, el clima e incluso nuestras creencias personales o la información que recibimos, todos estos factores influyen en nosotros de manera a menudo inconsciente.
Esta idea no es nueva, ya que desde hace siglos el feng shui estudia cómo la energía chi puede tener una influencia positiva en las personas simplemente mediante la disposición de los espacios, la adición o eliminación de elementos para mejorar el flujo del chi.
Jim Rohn sostiene que “nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Podemos deducir la calidad de nuestra salud, actitud e ingresos al observar a las personas que nos rodean. Con el tiempo, comenzamos a comer lo que comen, hablar como hablan, leer lo que leen, pensar como piensan, ver lo que ven, tratar a las personas de la misma manera e incluso vestirnos de manera similar”.
Esto no se debe solo a la influencia del entorno sobre nosotros, sino también al hecho de que los seres humanos aprendemos a través del modelado, es decir, imitando el comportamiento de los demás.
¿Cómo influye el entorno social en las personas?
El término “entorno social” se refiere a cómo un ambiente de clase influye o respalda las interacciones entre niños pequeños, maestros y miembros de la familia. Un entorno social bien diseñado ayuda a fomentar relaciones positivas entre compañeros, crea interacciones positivas entre adultos y niños, y brinda oportunidades para que los adultos apoyen a los niños en alcanzar sus objetivos sociales. Para crear un ambiente de clase que promueva interacciones sociales positivas, los maestros deben planificar actividades que consideren los siguientes aspectos:
- Tamaño y composición del grupo
- Actividades dirigidas por el maestro versus actividades iniciadas por el niño
- Materiales y actividades que fomenten la interacción.
¿Cómo influye el desarrollo social en la formación de la personalidad?
El desarrollo social y el desarrollo de la personalidad son el resultado de la interacción entre el entorno socio-cultural y las influencias biológicas, lo que nos hace ser tanto similares como diferentes. Los agentes socializadores tienen un impacto en el desarrollo de la personalidad a lo largo de las diferentes etapas evolutivas. Por lo tanto, es necesario realizar un análisis que permita comprender cada una de las etapas del desarrollo individual, a través de la descripción del papel que desempeñan los agentes de socialización en la lactancia, la edad temprana, la edad preescolar, la edad escolar, la adolescencia, la juventud y la adultez mayor.
La formación y el desarrollo de la personalidad ocurren a lo largo de toda la vida humana, y las características y regularidades que distinguen a cada persona en cada período de su vida están determinadas por las circunstancias socioculturales e históricas específicas en las que vive. Desde la perspectiva histórico-cultural, se destaca el medio social como fuente de desarrollo, y la interacción social como un factor fundamental en el desarrollo psíquico humano.
Esto demuestra que no solo el medio social produce cambios en el desarrollo, sino que la relación única, particular e irrepetible entre el individuo y su entorno promueve y potencia el desarrollo psíquico y de la personalidad. Por lo tanto, la educación juega un papel crucial en el crecimiento y desarrollo humano, ya que cada período es sensible para recibir la influencia de la educación y el impacto estimulante del entorno.
El desarrollo no se limita a niños y jóvenes, sino que ocurre a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la vejez. En el estudio del origen y desarrollo de la personalidad, se pueden identificar logros esenciales en cada etapa, los cuales están relacionados con la influencia social, la historia previa al individuo, la cultura de la sociedad en la que vive y los grupos con los que se relaciona de alguna manera.
El desarrollo es un proceso impulsado por contradicciones internas, originadas en la propia interacción del niño con su entorno. En el proceso de desarrollo, se combinan factores externos e internos. El proceso de socialización se extiende a lo largo de toda la vida y se caracteriza por ser bidireccional, es decir, por un lado, está la influencia de los grupos y, por otro lado, la recepción activa por parte del individuo.
Esta afirmación resalta el papel activo de la personalidad como el principal filtro que media la relación entre los individuos y su entorno. La socialización se lleva a cabo a través de diversos agentes socializadores como la familia, la escuela, el grupo de amigos, el lugar de trabajo y la comunidad, que son los más tradicionales. Sin embargo, el desarrollo no siempre implica estabilidad, ya que pueden surgir crisis en el desarrollo.
Hay momentos en los que el equilibrio en la constante interrelación con el entorno puede romperse, es decir, las demandas del entorno no pueden ser satisfechas con las capacidades actuales del individuo, y es en ese momento cuando aparece la crisis.
Desde la perspectiva del niño, los procesos de socialización se dividen en tres tipos:
- Procesos mentales: adquisición del conocimiento de normas, valores, costumbres, personas, instituciones y símbolos sociales, así como el aprendizaje del lenguaje y los conocimientos adquiridos a través del sistema escolar. De hecho, el proceso de socialización es en gran medida una transmisión de los conocimientos acumulados por la especie a lo largo de los años.
- Procesos afectivos: los vínculos afectivos que establece el niño son una de las bases más sólidas del desarrollo social. La empatía, el apego y la amistad son formas de unión con el grupo, pero también influyen en todo el desarrollo social.
- Procesos conductuales: la socialización implica la adquisición de conductas consideradas socialmente deseables. Para ello, el niño debe adquirir cierto control sobre su conducta y sentirse motivado para actuar de manera apropiada. Las motivaciones que fomentan la conducta social pueden basarse en la moral, el razonamiento sobre la utilidad social de ciertas conductas, el temor al castigo o el temor a perder el amor recibido de los demás.
El entorno social tiene una gran influencia en la formación de la personalidad. Las relaciones interpersonales, la cultura, la educación y la familia son factores que moldean nuestra forma de ser y actuar en la sociedad. Es importante tener en cuenta esta influencia para comprender mejor a las personas y su comportamiento.